ACEITES ESENCIALES

El olfato es el sentido de la memoria” (Annick Le Guérer).

Los aromas influyen, a través del bulbo olfativo, sobre la amígdala, área involucrada en la gestión emocional.

“El perfume era hermano del aliento. Con él se introducía en los hombres y, si estos querían vivir, tenían que respirarlo.
Y una vez en su interior, el perfume iba directo al corazón y allí decidía de modo categórico entre inclinación y desprecio, aversión y atracción, amor y odio.
Quien dominaba los olores, dominaba el corazón de los hombres”

Patrick Süskind (El perfume)

Decían los egipcios que la nariz es una pirámide que nos permite acariciar lo divino. Seguro que recuerdas algún aroma especial que te lleva a través de las arenas del tiempo de tu historia, y la emoción que en ese momento experimentabas cobra vida de nuevo.

SU GRAN PODER

Los aceites esenciales, con su fragancia, nos permiten evocar recuerdos, emociones, pensamientos y sensaciones corporales, pero también recursos, dones y talentos olvidados o escondidos.

Por sí solos, o de la mano de otras herramientas, se convierten en aliados a favor de

nuestro autoconocimiento y desarrollo.